Un día antes de clases *Resevado*

¿Acaso acaba de sentir en ella cierto... disgusto? No podía ser, aunque la idea era divertida. A fin de cuentas, su pequeña Halley, seguía teniendo tantas cosas del pasado.

- Recuerda que soy 'viejo' como tú dices y el termino amante ha cambiado tanto -pero él aún creía en el viejo termino y era fiel a este. Claro, antes las historias de amor terminaban en el matrimonio o la muerte y él ya estaba muerto. La mención de los niños era necesaria, se notaba desde el inicio ese profundo sentimiento maternal que tenía ella. Aquello parecía un juego de ir y venir, la tuvo cerca otra vez y todo lo que se le vino a la cabeza, no calzó con el acto tan atrevido que hizo. Disimuló su admiración, porque tampoco le era desagradable aquello. Pues bien, no era la inocente niña. Como si quisiera confirmarlo, le mordió y eso hizo que posara sus manos sobre las caderas de ella. Las dejó caí, por lo corto que había sido la tentación- Por ahora están tranquilos, pero te aseguro que te mantendré informada cuando eso ya no sea así -le dijo en un susurro contra su cuello.

Y ahí iba otra vez. Ahora era un gígolo. Es que esta mujer no se definía nunca, si no era una cosa, era otra.

- No estaba al tanto de que me pagaban por mis inclinaciones hacia un miembro del grupo femenino -le dijo suspicaz. Al parecer eternamente sería visto así, cuando ni siquiera iba de conquista en conquista. Estos tiempos de hoy en día. Cuando se separó, le dio algo de ternura, se había frustrado. Aún venía a él las imágenes de cuando era joven, pensar que la había visto crecer. Le siguió y le ofreció su brazo para que lo tomara- Realmente lo haces, querida cuñada -fue a su par, mientras sonreía- pero luego me costaría separarme de ti, venga quien venga -le guiñó un ojo cómplice ¿Cuándo había sido la última vez que había echo eso? Pues cuando estuvo con la madre de Catrina, en aquellos buenos tiempos- Un poco costosas, estuvimos en Japón y Catrina no deseaba irse, hasta pensó en presentarme a una humana, pero.... me gustan más las americanas -le dijo observándole con disimulo.

Se quedó admirado. No dio un paso más hasta que pudo entender bien que sucedía. Claro, ya le vino a la mente el motivo de su enojo. Y tendría que advertirle a Catrina de aquello. Él, en sus tiempos, era tan común los matrimonios entre miembros de la familia. No era una familia más dichosa que el momento en que primos se casaban entre ellos. O cuando un difunto era consolado por la hermana de la muerta. Ya que todo quedaba en familia. Los bienes se aseguraban. Pero su querida Halley no era de ese entonces, él mismo había educado a Caterine, mientras la tuvo con él, de esa manera, al igual que lo hizo Sarah. Por eso a veces sospechaba que si se dio el compromiso fue por esas tradiciones.

- Esta bien, pero entonces deberé tomar distancia. Ya que no te gusta la excusa -intentó relajarla, pero sería costoso, acaba de ponerse echo una furia. Recordó como la calmaba cuando se ponía así, un par de palabras solucionaban todo, palabras que no podía usar- ¿Recuerdas cómo te hacía molestar y luego la forma en que volvieses a mis brazos? -esperaba que ella guardara el recuerdo con tan buena gracia como él.

Le dio alcance justo a tiempo para escucharla en sus delirios. Realmente había cambiado tanto su estima por él que debía dolerle. Pero a fin de cuentas, había esperado algo peor. Lamió sus labios y sonrió, eso no lo había esperado, el recuerdo aun era delicioso.

- Un par de palabras lindas... que mujer tan cruel, aunque te cueste creer, eran palabras francas, nunca podría mentirte, guapa -le aseguró. A lo siguiente, le olió a reto, agudizó sus sentidos, no venía nadie, eso le hizo sonreír, la tomó de la mano y se la besó para que se detuviese, no apartó la mirada de ella, su mano se deslizó por la cintura femenina, era tan estrecha que deseaba devorarla- Tienes razón, eres una mujer en más de un sentido, aunque costara creerlo te has convertido en una bella mujer, más bella de lo que ya eras -le acarició el rostro, con su pulgar tocó la forma de su labio inferior y lo separó suavemente del superior- Ni en mis sueños más delirantes te vi tan hermosa ni pensé que caería a tu hechizo tan fácil. Pensé luchar, Halley, lo pensé -se inclinó sobre ella y se detuvo para escuchar otra vez, volvió a sonreír y la besó- pero me has vencido con solo verme

Sonrió y pensó en los pecados capitales, Halley acaba de representar a la soberbia a la perfección y la seguí adorando de la misma manera, le hubiese gustado acallarla como era debido, pero escucharla también era un deleite masoquista.

- Nadie, tienes razón, a mis ojos, que siempre serán francos, serás la más hermosa -porque Catrina, aun era dulce, guardaba su inocencia y su belleza era diferente, era tan linda a sus ojos que le dolía, pero Halley era hermosa, tentadora, era un pecador realmente no desearla, no ser egoísta. Le observó en ese acto, ahí estaba la muestra clara, su deseo desesperado de hacerla suya le embistió con fuerza y tuvo que controlarse, de seguro ella debió ver como en su mirada se notaba la misma intensidad de antaño- Venganza... -comenzó a retroceder, pero sin soltarla, ni tenía motivo de hacerlo, tenía lo que deseba afrente a él- tú quieres que caiga en la locura -le dijo seguro, se detuvo cuando estuvo contra la pared, apartados de un marco del corredor- que tu voz -se inclinó a su cuello- tu aroma -lamió su piel- tu sabor o... -rosó con sus labios su rostro hasta separarse- tu simple recuerdo me ciegue de la realidad

La abrazó con fuerza, de forma egoísta, sin miramiento alguno, si la lastimaba, no veía que lo estuviese haciendo, sino sintiendo el cuerpo que casi ya no era el de la Halley que había conocido. Cada palabra que iba diciendo le recordaba al pasado, cuando era él quien le repetía eso, una y otra vez, se diría que por fin entendió en ese momento a que se refería un colega suyo con el amor egoísta.

- No tendrás que esmerarte para que eso vuelva a ocurrir -le juró, un poco hipnotizado por la fuerte influencia que tenía ella sobre su cuerpo y no solo eso, sino sobre él mismo. La miraba de tal forma que si el mundo se fuese a acabar, no se percataría y eso fue incómodo. Sus últimas palabras fueron la que lo empujaron a tomarla del rostro besarla, necesitaba otra vez su sabor en él. Si eso era lo que ella deseaba, lo estaba logrando aunque eso le hiciera odiar el saber que la compartía- Sigue así Halley y harás que cometa una locura por ti -contra el "esposo" de ella.

Soltó un gruñido ligero, ella sabía bien el significado de eso, la abrazó con tal necesidad que sabía perfectamente como estaba formado su cuerpo, sus manos, como en el pasado, no soltaban su cintura, deseaban tocarla a viva piel, pero se contuvo. La idea de que esa piel ya no fuese la viva y cálida le inquieto, pero supo también que el sabía como encontrar su calor o darle uno nuevo. La idea del hijo que ella tenía, siempre fue un deseo, ser él quien le diese descendencia, pero también era él quien deseó no atormentarla más, dejarla ser feliz porque siempre supo que llegaría el momento en que volverían a estar juntos. Claro que nunca esperó que fuese así, era un castigo divino.

- Lo lograrás -le prometió, porque era verdad, le dio gracia que ya no estuviese haciendo su berrinche anterior, pese a los años, seguía sirviendo alguna táctica, claro que esta le hacía sentir casi delirante, pero no podía negarlo, entrecerró los ojos cuando sintió su lengua, no le quito la vista de encima, como si al parpadear pudiese desaparecer de alguna forma. En ese momento le hubiese gustado morder su precioso cuello, llegar a ella profundamente pero también podría descubrir su amor hacia su 'esposo', lo cual lo deseaba. Por ello cumplió su deseo a medias y besó su cuello, alejándola de su sangre, que demostraría los fuertes deseos que sentía por ella.

La vio retirarse, parecía nerviosa y eso le gustó, la tendría para él aunque tuviese que matar al padre de Deacon, aunque esperaba no llegar a ese extremo, entendía al muchacho, pero podía ser demasiado egoísta cuando se trataba de Halley.

- Nos veremos -se despidió, manteniendo su sonrisa cínica, se había divertido al saberla así y esperaría con ansias otro momento en donde capturarla sola.