Un día antes de clases *Resevado*

Bien, ese sería su primer año dando clases en Medianoche... ¿Cómo demonios se había metido en eso?.. Bien, quisas ese seria el misterio a Resolver durante el tiempo que pemaneciera ahí. Deacon se había quedado dormido mientras veían una pelicula en el DVD... eso de no tener la tecnologia adecuada era un martirio, pero seguro saldrian adelante... ella había decidido salir para no despertarle. Recorrería un poco el instituto

Suspiró mirando el techo con las manos entrelazadas detras de ella. Ese día llevaba un pantalon de licra negro, señido a sus piernas, con una botas de prada que le llegaban a las rodillas, debido al frío llevaba un sueter verde un tano ajustado por ensima de su camisa escotada blanca. Su cabello suelto protegí su nuca.. Vamo, ¿Nunca se les había ocurrido contratar calefacción?

Se mordió el labio inferior mientras se detenia y se asomaba por una de las ventanas del pasillo.[url][/url]

El celular sonaba con insistencia, había delegado todo a Robert en la empresa, necesitaba un respiro, además, ver por Catrina era lo importante y ya era el colmo educarla solo por tutores, necesitaba un poco de interacción con chicos de su edad y vampiros que posiblemente sufrirían lo de ella, ya que sospechaba que se convertiría en una vampira por completo a joven edad. Apagó su celular, mientras paseaba por los corredores de los dormitorios de los profesores, Catrina se estaba duchando y ponía música a todo volumen, además, escuchaba claramente el agua helada viajar por la tubería. Algún día se enfermaría.

Llevaba ropa casual, había planeado dar una vuelta con Catrina en el auto, pero al final lo cancelaron, así que se quedó con los jeans y la camisa polo color verde. Se le antojo fumar, pero ya debía acostumbrarse a no hacer aquello, cuando de repente un aroma le invadió fuerte.

"No" pensó "No puede ser"

Su cuerpo se movió estúpidamente, se encaminó al lugar en donde provenía ese aroma. Dobló por una esquina y la miró, sintió como se le desencaja la mandíbula. Ahora entendía porque Catrina no deseaba salir de su habitación y más, porque las pocas veces que lo hacían juntos o él iba a salir por algo, ella iba a vigilar. Halley estaba ahí, en el mismo colegio y la única razón para estarlo es que fuese a ser parte de los profesores. La contempló y se dio cuenta de algo, pese a todo pronóstico, aún sentía algo por ella.

- Vampira -murmuró, no había corazón latiendo, se le escapó sin darse cuenta. Ella ya era una vampira completa.

Hace mucho que no escuchaba su voz, hace mucho que no la tenía cerca, la única mujer que invadía su mente era Catrina y por su salud mental. Pero en ese momento fue como si todo, hasta su familia misma, desaparecía y solo estaba Halley frente a sus ojos. Cuando se giró fue peor, el piso se movió bajo sus pies. Era preciosa, se aclaró la garganta, un gesto innecesario. Avanzó un par de pasos, no era necesario para distinguirla, pero igual lo hizo ¿Excusa? Posiblemente.

- Veinte años tal vez pero ¿Quién lleva la cuenta? -sonrió de lado, mientras se paraba frente a ella- Te ves... -detuvo la corriente de ideas que le vino a la cabeza- bien -iba a decir "mejor que nunca". Ahí estaba, única y hasta olvidó que tenía un hijo- ¿Qué asignatura darás?

Sonrió con cierto cinismo, ese segundo se sintió en los viejos tiempos, recordó como la sentaba en su regazo y besaba su cuello. Inclinó el rostro en forma de agradecimiento.

- Eso siempre será el mejor halago para mí, por venir de ti -lo dijo sin pensar, pero la idea de que posiblemente acaba de coquetear con una mujer casada le hizo dividirse en dos. La moral que le dijo que se detuviese y el egoísmo que le empujaba a seguir sin importar los cuernos que crease. Ahogó una risa "viejo", claro, sabían vampiros tan viejos ahí, que él estaba en la edad "media". Negó- Lamento hacer todo lo contrario, daré clases de Tecnología Moderna -eso también le venía como anillo al dedo, la comunicación era su vida, computadoras, teléfonos y demás eran su especialidad, todo era mejor con Wi-Fi por ejemplo- Y... ¿Qué ha sido de tu vida?

Niega resignado, ahí iba con eso de las fanáticas. Ya le era tan familiar la escena que era como retroceder en el tiempo a veces.

- Solo falta que me digas que mis alumnas serán mis fans. Cuando la realidad es que tu sufrirás eso con el sexo masculino -le recordó, era obvio, no veía a los alumnos prestando atención en sus clases, sino buscando definir su figura a través de la ropa. Pervertidos. Pero no los culpaba. Se rió abiertamente, esa risa casi carcajada que parecía morder el aire- Te recuerdo que mi reino es la comunicación y la tecnología comunicacional. Pero si gustas, te puedo ver encenderlo -le dijo aún divertido. Esperó la respuesta y sonrió, entendía- Igual con Catrina, ha sido diferente y para bien desde que nació. En cambio yo, escogí traerla acá, aunque al parecer, ya sabía de su presencia y la pequeña nunca me avisó.... Espero no estar de curioso pero ¿Cómo va tu matrimonio? No soy muy fanático de los chismes

Coloco sus manos en su cintura, asiéndola más notorias sus curvas por abajo del suéter

Tus alumnas serán tus acosadoras y tan bien como te conozco diré que terminaras teniendo algo con alguna de ellas amenazó de forma profética. Una sutil risilla se escapó de entre sus dientes, había olvidado lo feliz que le hacía la risa de él, tan espontanea y libre que contagiaba y le hacía olvidar que era un Frost y su vida se basaba en reglas y comportamientos estrictos Tal vez no sea mi reino, pero te aseguro que he manjeado computadoras mas complicadas que las tuyas Sus labios se fruncieron en un gesto de sospecha mientras chasqueaba un poco su lengua Ya… ahora entiendo el comportamiento raro de Deacon se cruzó de brazos analizadoramente

Al escuchar las preguntas de Silvio se aclaró nuevamente la garganta

No es matrimonio como tal le corrigió Recuerdas que odio el matrimonio? le sonrió con un toque de amargura Solo es… solo somos un par de locos que decidieron estar juntos…

Negó por completo, podía ser enamoradizo, pero tenía algo bien claro, eso no iba a pasar.

- No lo creo, podría apostártelo por dos simples razones. A Catrina no le gustaría y creo saber en donde me voy a fijar -soltó, a ver si lo captaba. Su egoísmo podía más que su moralidad, no podía evitarlo. La había amado, a la inocente niña, a la dulce Halley, a la princesa y a la mujer que sería, a la mujer que veía ahora. Así que habían caído en una trampa por completo- No puede ser, son menores a nosotros y nos pueden mantener engañados -sonrió resignado, la juventud ganaba a los padres. Asintió, claro que lo recordaba, habían hablado sobre el tema un par de veces, se ponía enferma- Ah, entonces los rumores no son verdad y siguen juntos -asintió y no entendió porque aún así le vio esperanzas.

Sonrió y dio un paso más, se apoyó junto a ella y observó el techo, mientras metía sus manos dentro de sus bolsillos.

- Mira como lo pones, lo dices como si tú no lo hubieses echo. Aunque bueno -le observó disimuladamente, con una sonrisa- no era exactamente control, sino que los concentraba en ti -se encogió de hombros, resignado ya a que así quedaran las cosas, a picarle y ser franco, pero que ella pasara como buena torera de todo lo que fuese ha hacer. Se rió, solo Halley podía sentir orgullo de que su hijo le viese la cara a ella también. Cuando caminó, no pudo evitarlo y siguió el movimiento de sus curvas, ella lo sabía, estaba jugando sucio en ese momento, lo estaba provocando como en el pasado y lo peor es que ahora surgía con mejor efecto- Me has atrapado -apoyó su mano sobre su pecho, cuando tuvo que levantar la mirada porque ella le regresó a ver, inclinó el rostro, sin despegar los ojos de ella- Digamos que.... por los viejos tiempos, me mantengo informado de ti y de la madre de Catrina -aunque esta segunda era imposible de encontrar a veces y lo hacía más por su hija- Pero aún no respondes mi pregunta. Necesito saber si intento seducir a una mujer con pareja o libre a un cortejo -le soltó sin más. Ya que de seguro ella estaría pensando que lo hacía con todas. Era divertido, podía ser sincero sin el temor a la reprimenda, por los prejuicios de ella.

Le miró de reojo apoyarse y ella miró también al techo

Solo tú eres capaz de seguir tratándome como una niña le murmuró sin decir lo que realmente deseaba “Solo tú puedes seguir haciéndome sentirme como de niña” Esos cuentos son excelentes para antes de dormir le pico un poco

Había estado fumando recientemente… no, era Silvio siempre olería a tabaco, y al inclinarse el olor se hizo mas notorio, después le comentaría que por la salud de los alumnos humanos no debería fumar… Cosas de la vida… Way también fumaba. Regesó su mirada al frente al escuchar la excusa de viejos pasados, era agradable que su corazón ya no latiera, sino se hubiera acelerado con eso.

Soltó una leve risilla sin voltear a verle

Ya… lo dejas así tan fácil y descarado? ¿Qué ha pasado con la adrenalina de lo prohibido?... Que decepción Silvio, cada vez pierdes tus dotes de amante

Se encogió de hombros.

- Debe ser la diferencia de edad, que siempre me haces sentir un pedofílico -le explicó. Ahí estaba, ella simplemente evitaría cualquier jugada que lanzase. Si no fuese ella, actuaría diferente, la tenía cerca y antes, hubiese sentido su calor, ahora era solamente su presencia. Respiraba y eso le parecía interesante, porque él también lo estaba haciendo, como pocas veces, sentía su aroma para que se estancara en su pecho y se aferrara al viejo sistema respiratorio- Tú le dices cuento a la realidad, desde que eras una señorita y te aferrabas a mi brazo diciendo que te convertirías en la mujer perfecta para mi -la recordaba, la primera vez, tan joven y dulce, mirándolo y siempre desviando el tema de conversación para hacerle saber que lo quería y hacía berrinche alguno cuando la trataba como una niña.

Le dejó hablar y caminó a ella, murmuró algo así como "permíteme" y le tomó de la mano, como si fuese ensayado y la hizo girar, tal cual fue en los bailes del siglo pasado y quedando frente a ella, cerca, negó resignado, mientras le acariciaba el rostro. Un impulso, a fin de cuentas decía la verdad, todos sus impulsos se canalizaban a ella con solo tenerla cerca.

- Soy un cínico, lady, franco, directo y simple. Pero dicen que en mi simpleza esta la complejidad de todo -usó su asentó británico de cuando era humano, poético, rítmico. Le sonrió de costado- Pero no me has dicho nada ¿Seré el amante de una mujer que esta con otro o el afortunado caballero que cortejará a una joven que ha vuelto a ser soltera? -le consultó, manteniendo la "diplomacia" y luego se rió- O bien quieres que sea como antes y demuestre mis dotes de amante -comentó, textualmente como ella había dicho.

Todo estaba bien, que se convirtiera en esa mujer que había esperado, que fuese madre, era mejor, sabía que era lo más cercano de Catrina respecto a una figura materna y realmente seguía siendo como un espejismo. Pero lo del otro amor, fue un golpe duro ¿Y cómo reprocharle? Si él hizo lo mismo, hasta peor. Primero Sarah, luego Caterine... Y cuando cerró los ojos fue tremendo, los recuerdos se sobrepusieron a la realidad y pudo hasta ver su sonrisa que tenía cuando disfrutaba su tacto, pero ya no era igual. Negó ante su resolución de tomar como no era su insistencia.

- Claro que no, lo considero afortunado, pero -respiró hondo- Me extraña que él no este aquí. Aunque bueno, debes estar feliz, como dices, pese a que no se quede en el castillo. Me alegro entonces que sean solo malos rumores, sería un idiota él si en verdad buscara separarse de ti -¿Y él se consideraba idiota? Un poco, en ese sentido, porque había apresurado las cosas, no había dejado a Halley crecer, sintió que la ahogó en el tiempo cuando tenía mucho que vivir. Por eso le prometió que volverían. La sintió acercarse, su aroma impregnarse como tentáculos en su ropa y su cálida voz romper dentro de su oído. Apretó el puño para no tomarla de la cintura. Le quemó el contacto contra su mejilla. Pese a todo sonreía, mirándola de forma profunda- Sabes que ese siempre ha sido el juego que he vivido contigo

Sonrió, así que no vendría, eso era una buena noticia e hizo obvio su agrado.

- Bueno, si así sirve su relación -él no podría, por ella, por la familia, el hijo o hija que tendrían. No podría dejarlos ir sabiendo que no los podría ver con frecuencia. Se extraño cuando se alejo ¿Qué había echo? Tan distante y fría, era como si hubiese puesto un cristal entre ambos. Respiró hondo y volvió a sentir el aroma femenino- Me preocupo por ti ¿Qué más quieres que te diga? -provechó el siguiente tema para ir directo a este- ¿Yo? ¿La actual? Bueno, padre soltero, desde el nacimiento de Catrina no he tenido nada, así que no puedo deleitarte con anécdotas de alcoba. Debo ser un ejemplo para ella y buscar un buen ejemplo para ella -le recordó- Y al parecer, no estoy echo para el matricidio

Se admiró, no podía creer que tuviese una mala perspectiva de él. Debía darse cuenta que pese a todo, una familia, era algo preciado, sagrado. No recordaba bien a su familia cuando fue humano, pero si recordaba a sus amigos, que desaparecieron de su vida. Claro que... Sarah regreso.

- Entonces, si nadie esta preparado para eso ¿Cómo es que nuestros hijos están comprometidos? -consultó, él solo sabía que fue un deseo de Cat y nada más. Caminando a la par que ella, le ofreció su brazo, un acto caballeroso, sabía que ella no iba a tropezar ni nada, pero venga, las excusas eran buenas en esos días y poder tenerla un rato del brazo era mejor. Pero todo se congeló cuando se detuvo, pensó que le reprocharía algo, pero lo que dijo le dejó sin hilo de pensamiento. Cuando reaccionó ella ya iba un par de pasos delante, algo realmente lento para un vampiro en reaccionar. Una vez más, la tomó de la mano y la hizo girar, enroscándola en su brazo hasta que 'chocó' contra su pecho- ¿Bromeas? -le murmuró, pese a lo bajo que habló, su voz fue clara y segura.

Ellos dos más fuertes que los padres, que el entorno en que nacieron. Bueno, Catrina lo era, aunque vivía recelosa de los hombres. A veces se preguntaba si su hija sería capaz de amar al hijo de Halley, ya que vivía hablando pestes de él. Ya entre sus brazos, el tacto de los labios que hace mucho no sentía, le despertó. Lamentablemente no a la realidad que estaba viviendo. La atrajo contra él por su estrecha cintura y subió una de sus manos por el costado de su cuerpo, corrió peligro para llegar a su hombro y luego subió por su cuello, tomó su mentón y le inclinó el rostro. La miró fijamente, esperando reproche alguno y la besó, primero simplemente, reconociendo en terreno en simples roces, pero al notar que no habían cambiado, la besó profundamente. No había cambiado, seguía su sabor siendo néctar de los Dioses.

Sonrió divertido, no sería la primera vez que fuese amante, pero esta era la primera vez que no se lo había plafinificado. Se encogió de hombros despreocupado, cínico, tranquilo. La jaló hacia él, apoyándose contra una pared del corredor, un poco discreta.

- Por supuesto, no creas que no estoy atento -la siguió abrazando a él. Claro que a Catrina le molestaría eso. Ya lo entendía bien, toda su actitud y precaución había sido para eso, para que no se encontrara con Halley, pero de seguro no había esperado que llegara a eso. Ni que él lo fuese a aceptar, tal vez porque si la necesidad de ella de un amante, era simplemente que su marido no le satisfacía y eso le agradaba- En especial por lo niños -recorrió con sus dedos la forma de su cuello, respiró hondo, el primer simple paso le haría tomar distancia- Me da gracia, guapa, que digas confusión. No me digas que tus sentidos se aturdieron -le picó. Ellos podrían estar atentos a cualquier acercamiento con solo desearlo, siendo o no alguien con un corazón latiente.