Noche de tormenta (+18)

No se hizo esperar, realmente había resistido demasiado a sus propios deseos e instintos, la tomó con cierta fuerza de la cintura, le recogió las piernas e hizo que apoyara estas contra su pecho para que fuese más estrecho su interior, se apoyó más en ella y se comenzó a moverse con fuerza contra ella, enterró sus dedos en el brazo del sillón como soporte, en cada embestida fue entrando con más fuerza, el chasquido que se producía entre ellos fue un buen recuerdo, comenzó a respirar con dificultad.

Un trueno la iluminó, apenas por un micro segundo todo se detuvo ante él, como si se percatara de lo que estaba sucediendo y como había terminado ahí, la observó con intensidad, absorbiendo su imagen, hundió su rostro en el cuello femenino y respiro fuerte su aroma, atrapándola bajo su peso, no podía detenerse, pese a que la sensación de estar dentro de ella era deliciosa, era mucho más fuerte la necesidad de sumergirse en ella, una y otra vez, mientras dentro de él, se iba acumulando una energía que parecía haber sido guardada hace mucho tiempo. Si, había amado a Sarah y se había fascinado de Caterine, pero lo que sentía por Halley estaba a otro perturbante nivel. Ya conociendo el cuerpo que tenía abajo de él, comenzó a golpear con sus caderas hacia arriba cuando parecía entrar por completo y así lograr estimularla.

Y se perdió en la imagen que tenía ante ella. En el abdomen de Silvio en su cuerpo perfecto, en sus bíceps, en todo él… El decía que era Hades, pero le creyó Apolo, y ella Afrodita, sus jadeos se acallaron un segundo mientras le contemplaba, el cuerpo de él no había cambiado, el de ella había crecido un par de años, pero aún así el le reconocía. Su espalda se arqueó nuevamente mientras le sentía completamente dentro, su mano enterraba las uñas en el brazo de él, a pesar de ser experta acallando sus gemidos siempre cuidando de no ser escuchada, cada vez le era más difícil sus ojos se habían cerrado de placer, su otra mano estaba perdida en los cabellos oscuros de él

Muerdeme.. le rogó entre jadeos no era conciente ya de que le estaba ofreciendo pruebas de la completa necesidad que tenía de él

No se creía un tradicionalista, el paso de los años le había echo perder ese factor, pero no podía evitar que su momento favorito con Halley fuese de ese tipo, sin variantes radicales y demasiado íntimo, nada podía negar lo romántico que podía llegar a ser, pero hasta él no podía creerlo. Le cegó su petición, estaba concentrado en ella, en su cuerpo y reacciones, así que sus palabras casi parecieron salir de todo su cuerpo y no de sus húmedos labios. Le lamió el cuello, seguía siendo el mismo sabor, pese a que tuviese un "marido" y un hijo, eso no había cambiado. Abrió la boca y la mordió, sintió como capa por capa se iba abriendo paso y su sangre llegaba a él, la sensación deliciosa de la sangre de Halley, de su Halley le confundió un momento y tuvo que controlar a su cuerpo para no ir aun más rápido. Los deseos intensos y fuertes se hicieron suyos, pero cuando llegó a él la necesidad, le ofreció su cuello, la franqueza de su sangre le buscaba ser franco él, que supiera ese deseo poderoso que había tenido por tanto tiempo, las sensaciones que le habían dominado con solo verla, ya que él podía saborear lo feliz que había sido con él, lo suya que se convertía en ese momento.

Su respiración se acorto cuando sintió los colmillos enterrarse en su cuello, se mordió mas el labio inferior, abrazó con sus piernas a Silvio su vientre le ardía con palpitaciones y se perdió un poco en los ojos de Silvio cuando este le ofrecía su cuello, primero rozo sus labios para besar la zona y después enterrar sus colmillos de forma lenta, sentir la sangre le obligo a soltar un nuevo gemido, sus.. deseos… el ver que le prefería a pesar de haber tenido otras, el sentir que su deseo era casi tan intenso que el de ella le hizo sumamente feliz, sonrió mientras lamia la herida, sus caderas comensaron a moverse un poco mas rapido

La abrazó, cayó presa de lo que no pudo evitar, la rodeó con uno de sus brazos para sostenerla contra él, cayó en una espirar de éxtasis mientras lamía su herida y bebía de apoco de esta, la quiso solo suya en ese momento y más aún al sentir sus finas piernas rodearlo, sintió el interior femenino apretado en ese gesto y aquello le volvió loco, muerto de deseo, por así decirlo, se entregó a fondo a sus deseos por ella, una y otra vez profundizó sus instintos y la fue poseyendo con cierta violencia sin buscar lastimarla, aún conocía los límites, aunque los sobrepasó un poco ya que ese no era el cuerpo de una media vampira sino de una completa que demostraba en la forma en que ahora más que antes, le tenía enganchado y ciego a tenerla con él, poco a poco, con mayor fuerza, sintiendo el calor acumularse en su interior, sumergirse y controlar el instinto un poco más, perdió un ritmo sincronizado y solo se dejó llevar por la velocidad en que podía penetrarla.

Le permitió girar, la observó fascinado por completo y su respiración se hacía cada vez más acelerada, pero cuando notó como iba bajando, clavó sus dedos con cierta frustración contra el sillón que se escuchó desgarrarse, le observó desesperado y estuvo a punto de girarla y ponerle de rodillas y apoyando sus manos contra el sillón, pero cuando escuchó lo que quería, tuvo que aceptarlo. Uno de los más grandes deseos de ella era eso y no se lo podía negar. Prefirió con todo sentarse e inclinarla un poco hacia atrás pero sin que perdiese el ritmo, bajó su rostro al otro pecho que no masajeaba y comenzó a besarlo, estaba intentando controlarse pero terminó logrando su objetivo, el primero gemido desgarró su garganta y atacó con fuerza ambos pechos, encontrando en cada ocasión que, pese a que iba en tono bajo, eran cada vez más fuertes.

Le costaba concentrarse, se tuvo que separar de ella cuando esta comenzó a jadear, intentó concentrarse, pero era como dejar la puerta abierta a un torrente de agua, una y otra vez, más obvios, se lograban escuchar con obvia atención sus gemidos, en un momento determinado apoyó sus manos en el sillón y comenzó a mover sus caderas hacia arriba para ayudarla. Ese mismo grito fue el detonante, lo supo, porque su miembro se puso aún más duro, realmente era un ser de audición y visión en su mayoría, le hubiese encantado hacerla gritar sin mesura alguna, sin importarle que el castillo entero, en especial los vampiros, podrían oírla, pero se abstuvo, continuó el ritmo que ella imponía, aunque ya le costaba concentrarse una vez más, era una tortura pero podía deducir como terminaría todo, algo que solo sucedía con Halley Frost, echó un vistazo a como subía y bajaba sobre él, era casi hipnotisante ver todo su cuerpo en ese momento, levantó la mirada y la guió para besarla, aunque le costaba con sus constantes movimientos

Siente alejarse a Silvio, sus ojos se encontraban cerrados debido al placer y estuvo a punto de abrirlos para ver el motivo, pero los gemidos de Silvio le contestaron, sonrió en son de victoria.

Se detiene un segundo deleitándose con los resultados de su grito, apoyó sus manos en los muslos de el hasta notar que buscaba besarle, se inclino sobre él tomandole del rostro para besarle

No.. no puedo.. mas le murmuro entrecortadamente para continuar besándole, su respiración le ardía y sus músculos se sentían tensos, su vientre le quemaba

Le escucha claramente, él se encontraba en las mismas situaciones, aunque podría resistir lo que sea si eso significa estar con ella, la fue recostando, pero esta vez dejando sus caderas levantadas y sus piernas pasadas por sobre sus hombros, aprovechando la flexibilidad de su cuerpo, se aferra a ella bien. Le sonrió con cierto cinismo y le besó la mano, comenzó a embestirla, primero agarrando ritmo y luego con tal fuerza que el sillón comenzó a sonar, sin piedad al entorno, gimió notoriamente mientras se iba acercando, justamente el calor que se había estado concentrando en sus caderas se fue propasando por todo su cuerpo lentamente en especial ante las tensiones musculares del cuerpo de la vampira, que se iban rindiendo de a poco, la aferró aún con más fuerza y un fuerte escalofrío hizo que todo el aire se escapara por su boca, no solamente se corrió en su interior, con fuerza y abriéndose paso, sino que tuvo un fuerte orgasmo, su piel se erizó y se mantuvo moviéndose, mientras aquella sensación se mantenía, los crujidos del sillón decían mucho.

Fue recostada de a poco, aunque ella se rehusaba alejarse de Silvio, ya había tenido suficiente de su ausencia y ahora era mas notorio que ella no podía estar sin él. Se dejó acomodar al gusto del moreno, además, ella lo estaba disfrutando, sus uñas se clavaban tanto en el sillón como en la espalda de él, mientras Halley se concentraba en que sus gemidos no fueran escuchados afuera, ya que comenzaban a volverse gritillos…

El calor, el calor le iba devorando y sabiendo lo próximo busco los labios de Silvio, no para besarle, sino para robar el aliento que se le escapó, hacerse dueña de hasta el alma de él… pero sus planes no funcionaron, sus dedos se aferraron al cuello de Silvio mientras se perdía en el orgasmo del que él era dueño, y la sensación en su interior, no había podido salirse, el, Silvio el experto en relaciones secretas.

Todos sus musculos se relajaron, y de a poco sus manos se acomodaron en la espalda de Silvio en un abrazo mientras ella ocultaba su rostro en el cuello de él

Te amo… murmuró quedito, de forma que no le hubiese sorprendido que el no le escuchara

A poco se fue relajando, el alma entera se le había ido en Halley cuando la sintió tan unida a él, la abrazó con fuerza y recorrió su silueta de a poco, mientras la acomodaba, se giró para no tener su peso bajo su fino cuerpo y la abrazó a él, los viejos tiempos se repetían, por eso cuando la escuchó, se demoró un poco en comprender que no era un recuerdo, sino sus palabras, el corazón casi vuelve a la vida con esas palabras, la abrazó contra él.

- Y yo te amo -le susurró al oído, era realmente el secreto más profundo que guardaba y debía ser tratado como tal, había temido el momento justo a ese, después de hacerla suya, entender como se darían las cosas, aun si fuese una mentira sus palabras, no podía negar que era Halley y no otra criatura divina quien le atormentaba la mente, hundió el rostro entre sus cabellos alborotados, no se había percatado que tal como inicio la tormenta ahora había terminado y estaban sumidos en la oscuridad

Cerró los ojos y respiró hondo, los sonidos y los aromas traían recuerdos, si escuchara su corazón, de ese entonces, sería el recuerdo realmente vivido, pero era mejor que no fuese así, preferible que pareciera distante.

- Lo había estado esperando, recuerda que yo te dije más de una vez que la vida es larga y en algún momento nos volveríamos a encontrar, cuando fuese tiempo ¿Sabes por qué lo decía? Eras tan joven aún y yo aún estaba formando todo lo que "somos" -se refería a su grupo, odiaba decirle mafia- que no te merecías eso. Cuando no te vi ahí, supe que habías tomado otro tranvía, pero sabía y se esperar -y esperar da recompensas, como en el pasado comenzó a acariciar sus cabellos para que durmiera entre sus brazos y pudiera descansar.

Mientras la fue besando, le hizo girar para apoyarla hacia el otro lado y él quedar del lado que fuese fácil levantarse.

- Lo pensaba hacer, supuse que no querías que me viese aquí -acortó la idea principal- intentaré despertarme, sabes lo difícil que es despertarme antes de las diez después de haber estado contigo -intentó hacerlo broma, luego recordó algo importante y sonrió, aunque no lo viese del todo- Desde que Catrina nació, el tiempo ha vuelto a ser tiempo, un año es ahora un año y no un mes como en el pasado, mientras crezca cada año es realmente tiempo ¿Sabes cuando fue la última vez que valoré así el tiempo? -le consultó enigmático, esperó un momento y dio su respuesta- Cuando estuvimos juntos, cada día era diferente, te vi crecer de a poco, cada cambio, fue... ¿Una aventura? Si, por así decirlo

Cerró los ojos, el día anterior a que se iniciaran las clases todo lo que habían hablado parecía no tener sentido en ese momento y él se sentía feliz respecto a eso, porque Halley había sido la vida en su monotonía, él era adicto al poder por completo pero mientras fue construyendo su monarquía se desvió del camino de apoco, el poder no era nada cuando veía a quienes le apoyaban ciegamente y sinceramente, pero Halley. Si, fue ella quien le hizo cambiar del todo, si se había convertido en un buen líder había sido gracias a la jovencita que compartió sus sábanas por tanto tiempo.

- Siento que ya conozco a Deacon, hasta llego a comprenderlo -le besó los dedos- Catrina se la pase quejándose de él, su último novio deseaba la muerte de Deacon por ese motivo, pobre, nunca sospechó que si Catrina hablaba de él, no era exactamente porque lo odiara -le acarició el rostro, respiró su aroma y se sintió satisfecho con el mundo entero cuando lo que vino a él fue su aroma y el de ella entremezclados- De echo, debo agradecer a tu hijo que la mía sea una limpiadora compulsiva -ahogó una de sus carcajadas características para no hacer tanto ruido, se separó y la miró a los ojos intensamente, se aclaró la garganta- Si estoy dormido, no me permitas despertar. Pero, si estoy despierto, no dormiré más -Esas mismas palabras se las había dicho la primera vez que habían echo el amor.