Alimento matutino

Temprano en la mañana, otros tenían clases, ella un tiempo libre y hambre. Los alumnos humanos no sabían subir ahí. O por lo menos eso le dijo una compañera mayor. Por eso esta ahí, arrugando la falda del uniforme, sentada sobre el suéter. En sus manos tenía el cuerpo de un pequeño roedor. Lo había matado.

Lo dejó caer y lo vio rodar por el tejado y detenerse al borde. Se relamió los labios. Prefería la sangre humana, pero eso estaba donde su padre y no podía pasar ahí todo el tiempo.

Echó el rostro hacia atrás y dejó que el viento le diese, sonrió y sacó un libro, era de cuentos cortos sobre vampiros, lo abrió donde había puesto la tarjeta de la última agencia de modelaje en que estuvo.

no era mucho mi estilo subirme por los tejados pero, porque no ,si me caigo se que me sanare rapido. caminando en el borde veo una rata muerta mire hacia la direccion en la que venia las marcas de sangre y la vi una chica muy linda, sumergida en su libro asi que decidi saludarle . cuando llegé donde ella le ofreci un poco de mi petaca-bebe es sangre de hospital-le dije con una sonrisa por debajo de mis lentes obscuros-soy Yokan creo que ya nos habiamos visto-le dije sentandome a su lado mirando el paisaje y bebiendo de la petaca y ofreciendocela nuevamente y con los dedos de la otra mano levantandome los lentes para cubir mis ojos

Estaba muy entretenida, era la historia del típico vampiro apuesto que pervertía a la humana. No sabía como pero le terminaba gustando ese tipo de historias, era un pecado para su moral, tal vez... eso era lo que quería. Alguien se acercó, levantó a ver, pero solo se encontró con una 'bota'.

Cerró su libro para atender a quien fuese, cuando escuchó la voz. Ya había escuchado esa voz antes, era uno de los vampiros populares, tenía un historial grande entre las chicas. Y era más antiguo que su padre.

Y ahí fue, su corazón latió fuerte. La debilidad hacia los japoneses debía ser superada rápido. Pero pese a que era tonto fingir con un vampiro, le regresó a ver como si no pasara nada. Le encantaba el estilo que llevaba, mentalmente quiso golpearse.

Tomó la bota- Gracias -murmuró y dio un trago, sus labios fueron fuego al sentir la sangre humana. Beberla despertaba lo 'peor' en ella, el instinto. Se la devolvió y se relamió los labios. Una de sus manos se paseó desde su nuca hasta su cuello y parte de su escote, era como si tibio fuego recorriera su cuerpo- Ya me hacía falta un buen trago -de repente la rata le pareció un aperitivo tonto, no era una gata para estar comiendo ratones.

de arrebato tomo el libro que leia, le di unas hojeadas y me aburrio-no lo entiendo-dije devolviendoselo y poniendome en pie y caminando hasta la orilla del tejado me quito los Lentes de Sol dejando al Descubierto mis ojos rojos con marcas de 3 numeros seis marcados alrededor. mirando hacia el vacio hacia el Cielo en todas partes, en un segundo de reaccion salté y tome un ave que estaba pasando por Ahi cerca-no es malo comer algo de carne blanca-le dije con una sonrisa malvada mirandola por encima de mi hombro mostrando Mis ojos rojos-aproposito...tu latido es algo anormal-le dije volviendo hacia ella despues de haber tirado al vacio al ave-por lo que siento en tu cabeza eres una Vampira¿o me equivoco?-dije poniendome nuevamente mis lentes de sol.

Se sobresaltó cuando le quitó el libro, enmarcó una ceja extrañada. Si, leía sobre vampiros, historias sangruientas o románticas. No le importaba, solo quería saber de ellos. Tomó el libro y lo dejó a un lado, mientras lo miraba pararse. Lo contempló, nunca había reparado en su tatuaje, bueno, tampoco lo conocía tanto tiempo.

Ella se tocó la parte superior del brazo, donde tenía una marca familiar:Una serpiente enroscada. Mientras lo observaba beber, se retiró el suéter. Le correspondió la sonrisa, pocos cazaban así. Para ella, aquella idea de atrapar su alimento, mejor si era algo difícil. Los ojos del chico le recordaron a los de su padre cuando le daban el sol. Siempre le gustó el color rojo.

Cuando le dijo eso se sonrojó. Apartó la mirada avergonzada ¿Anormal? Claro, se había emocionado pese a que no lo demostraba siempre- Pues... soy media vampira -comunicó. Eran extraños quienes formaban parte de esta criatura. Los vampiros no sentían latido alguno, pero los medios vampiros sí. Era algo entre un vampiro y un humano- Aún no me convierto en vampira -completó, regresándolo a ver. Le sonrió cordial.

¿media humana?- dije con los obos abiertos totalmente y con media sonrisa desquiciada volteandome a verla y aun sonriendole-¿Osea Aun tienes sangre de humano verdad?-le dije acercandome aun mas a ella subiendome los lentes para dejar de asustarla de esa manera-lo siento es que siempre que miro con mis ojos vampiricos termino asi me sente junto a ella nuevamente-Y que necesitas para poder ser un vampiro completo?-le dije mirando al vacio haciendo rodar el anillo que tenia colgado al cuello con una pequeña cadena.

Ahogo una risa. No supo porque. Tal vez el que la encontrase fascinante en lugar de extraña le agradó- Mi madre también era media vampira y mi madre un vampiro completo. De ellos nací -puso su mano sobre su pecho, que latía, solo humanos y medio vampiros tenían un corazón latiente, solo ellos se sonrojaban- Lamentablemente sí. A veces creo que mi corazón es escuchado por todo el colegio -porque llamaba la atención.

Le observó tan cerca que se preguntó que hacer. A gente como él, casanova, los apartaba de golpe. Pero no le molestó que estuviese cerca- Tus ojos me gustan -murmuró, aunque fuese tonto hacerlo. Le sonrió amable- Yo siempre creí que sería la única de mirada extraña -se refería pues a su mirada negra, casi sin brillo alguno y en el centro, sus iris, grises en lugar de negros.

Le observó mientras él no hacía con ella. Era verdad, tenía un aire a su antiguo novio. El impulso de acariciar sus cabellos la hizo levantar un poco su mano pero la dejo caer. Así pues, prefirió tomar la bota y dar otro trago de su bebida- Matando a un humano. No importa si es porque he bebido por tanto tiempo que se ha ido convirtiendo en vampiro hasta que lo he matado y convertido del todo. O simplemente matando a uno bebiendo toda su sangre de una sola vez. Cuando lo haga, seré una vampira completa -observó el cielo- ¿Me dirías si es bueno ser vampiro con la apariencia tan juvenil? -le regresó a ver algo apenada, con las mejillas sonrojadas- Si no te molesta, claro esta

-hm que genial seria que estes completa-le dije con una pequeña sonrisa picara y en un instante solo con mis dos dedos levanto su mejilla volteo su rostro hacia mi y la miro tocandonos nariz con nariz sin hacer ningun tipo de fuerza-me gustaria mucho que fuezes toda la vida joven...asi podria ver tan lindo rostro todo el dia-le dije sonriendole y soltando suevamente su rostro mientras tomaba la petaca y bebia de ella dejando un incomodo silencio con ella impresionada y al parecer muy sonrojada.

Parpadeó varias veces extrañada. No entendió por un momento el estar completa. Usualmente se sentían encantados todos con saberla viva cuando veían las ventajas. Al ver su sonrisa se esperó lo peor. Más cuando la acercó a él, tuvo que apoyar su mano en el tejado para no ir más allá del tacto que había puesto él.

De seguro lo había supuesto, la sangre subió a sus mejillas. Apartó la mirada y frunció el ceño. Eso no había sido lo que quiso preguntar. Apretó su mandíbula. Con los humanos era fácil. Si la intimidaban, solo fingía y listo pero¿Cómo fingir con alguien que escuchaba perfectamente su corazón? Maldito embustero.

Tuvo que hacer una táctica que hacía en el modelaje. Respirar hondo y sentir poro por poro como se calmaba. El color se fue y pudo regresar su mirada a él. Había silencio. Era un descarado- Mi sangre sabe a la humana, sangre viva. Podrías beber de ella -no se lo sugirió, solo daba la idea de lo bueno que era ser hija de vampiros- Y si no mal recuerdo, tu club de fans también tienen lindos rostros que podrías ver, todo el día -sonrió. Eso, recordar que era un casanova era bueno para ser seria.