Comiendo e improvisando

Había estado durante gran parte del día fuera, disfrutando del sol y tal. Le era costumbre, tenía la mochila al hombro y se había asegurado de no llevar muchas cosas en la misma para que no se conviertiera en una molestia. Le gustaba eso de acomodar las ideas y pensar las cosas que le iban pasando, mucho más me Medianoche donde cosas extrañas ocurrían, cosas que simplemente la desconcertaban, aunque le hacían recordar a Ellos.

El ruido de una guitarra le había traído de vuelta al planeta Tierra. Abrió los ojos y se puso en pié, dispuesta a encontrar la fuete de la música, como si fuera el juego del escondite, recorrió los alrededores hasta llegar al Cenador, un lugar un tanto apartado. Se fijó en el chico. Asiático, reconoció. No se necesitaba ser una gran observadora para darse cuenta, sus rasgos lo decían todo. Sonrió de lado mientars se mordía el labio.

- Tocas bien -comentó, su fuerte era la fotografía y el piano, pero sin dudas el chico tenía talento. Se acercó despacio, dejando el bolso en el suelo y apoyandosé contra un árbol.

Le vió sorprendido ¿En realidad había sido tan silenciosa? Sonrió casi complacida por ello, una sonrisa amigable y divertida, era eso con lo que se caracterizaba, sus sonrisas pocas veces daban a entender otra cosa que no fueran 'buenos sentimientos'. Miró su mano y negó con la cabeza, manteniendo su sonrisa, no quería ser descortéz, pero aunque le exigieran ser formal en las fiestas y con los amigos de su padre, se tomaba la libertad de no hacerlo con la gente que conocía en Medianoche.

- No me gustan esas formalidades, soy Sunny. Un gusto Ren -un nombre curioso, como lo era el chico. Aunque estubiera acostumbrada a cualquier tipo de persona, le parecían fascinantes los orientales.- No, no, quédate, solo llegué aquí por tu música, no te detengas -rió entre dientes, siempre había pensado que loq eu salía del alma y sin pensarlo era lo mejor. Claro, en su caso estupideces, ella era la exepción a su creencia.

Poco común, gracioso y lindo. Se lo quedó mirando, el chico era simpático y tocaba bien, sin dudas le parecía que se harían amigos con faiclidad y rapidez.

- Lo que digas -negó con la cabeza mientras reía entre dientes. Le miró entretenida a la par que él finjía estar en un recital, particularmente a Sunny no le atraían mucho los asiáticos y hasta ahora solo sabía de uno en la Academia, ese tan arrogante el cual no e agradaba ni un ápice y estaba en su último año igual que ella. Perto ahora era distinto. Poco común, gracioso y lindo, tal cual él había descripto su nombre, ella lo describía a él.

Le escuchó con una sonrisa en los labios, sin cambiar la expresión en su rostro. En cuantro terminó no dudó un segundo en aplaudirle con esntusiasmo, como si de verdad fuer aun recital, siguiendolé el juego.

- ¡Bravo! ¡Otra, otra! -rió entre dientes. ¿Desde cuando no había algo asi? Ah, ya recordaba. Aquella vez que su pequeño Thomas había finjido ser una estrella de rock. Hacía mas o menos un año.

¿Ahora hablaba ingles? Siguió riendo un poco más hasta que por fin pudo parar, pocas veces reía de esa manera aque paró por el bien de Ren, para no asustarle. Le vió descender de la mesa en silencio y meneó la cabeza ante lo que había escuchado. Poco público. Sin dudas, a ella le parecía que ni siquiera era público.

Sonrió, el chico era verdaderamente dulce y pocos se comportaban así con ella. Comenzaba a hacer uan lista mental donde relucían algunos nombres que le sorprendían, como el de Deacon. Sin dudas ese chico tenía un lado que ella no conocía pero había visto.

Cuando terminó de tocar no aplaudió, pero mantuvo su sonrisa.

- Fue genial -comentó mientras observaba con detenimiento la guitarra.

No supo cómo, pero de un instante al otro estaba haciendo un acorde en la guitarra con ayuda del chico. Sonrió de lado, en realidad prefería escuchar que alguien más tocara, su fuerte era el piano. Asintió, en efecto era facil y no tenía dificultad alguna, aunque sabía, por experiencia que necesitaba hacer batante presión en las cuerdas para que sonara con fuerza y de buen modo. Ella había intentado con la guitarra en un moemnto, pero le aburrió y prefirió el piano.

- ¿Le pusiste Alice a la guitarra? -sonrió divertida meintras veía aún entretenida la guitarra, le parecía cómico- Me gusta el nombre Alice -comentó como si nada mientars hacía otro acorde por ella sola, uno que le resultaba muy facil. Puso los dedos en Mi e hizo sonar las cueldas con la otra mano.

Le vió con atención llevar una mano a su bolsillo, curiosa como una niña que le enseñan una caja de colores llamativos que contiene algo, observó lo que sacaba de la chaqueta, sonriendo al ver que era un chocolate asintió a su pregunta.

- Claro, soy adicta a las golosinas -rió entre dientes y le cedió la guitarra, volviendo a contemplar el cielo despejado. era un día realmente hermoso, sin dudas. Le gustaba pasar afuera el día y no preocuparse de nada, como lo estaba hacíendo justamente ahora.