Con Mi Guitarra al Hombro

Socializar. No se había considerado una chica anti-social. Usualmente un poco apartada y desconfiada. Pero anti-social no. Igual, ahí debía estar, intentando ser de corazón amable.

Por eso cuando levantó la mirada al escuchar una voz masculina, sintió que necesitaba ir a un psicólogo. Oficialmente tenía un gran problema. Pese al pronóstico de que ahí no encontraría jóvenes con rasgos japoneses, este era el segundo. Y sonrió franca. La guitarra le dio buena impresión. Y era un humano- Un gusto Ren -le saludó. Cuando vivió en Japón era más fácil manejar esas cosas. Ahora sabía que su suave sonrisa y el interés por él, sería de controlar-Catrina Sly, espero vernos pronto -le dijo cordial. Giró sobre sus talones y se alejó, pese a que era solo una hija de vampiros, necesitaba respirar fuera. Si, un psicólogo.

Ella se giró sobre sus talones. Le observó con una sonrisa ligera. Las manos atrás de su espalda. Miró la mano extendida y ladeó el rostro.

Una de sus manos se puso sobre la de él- Esta es tu presentación, si me quedo, puede que no conozcas tantas personas -Ya que los alumnos prototipo espantaban a los humanos. Aunque ella tenía una amiga humana.

Dio un paso hacia él, curiosa de saber porque deseaba que se quedara.

Acavaba de llegar un compatriota...pero no me interesaba mucho su existencia lo vi de lejos junto a Catrina asi que en un descuido de su mirada llego de golpe sin que se dieran cuenta de mi presencia pongo mi mano sobre el hombro de catrina-asi que...socializando con gente que respira y siente eh-me acerque al chico y lo mire con indiferencia su ropa era un desatre la mia tambien pero yo me veia mucho mejor-bueno entonces nos vemos-dije golpeandole suavemente el pecho del muchacho y haciendole una caricia a catrina con mis dedos en su mejilla.

Había sentido la presencia de Yokan, tal vez no tan rápido. La pulsera en su muñeca le fue incómoda y eso que estaba oculta bajo una más gruesa. Sus palabras le hicieron fruncir el seño. Ella respiraba y también sentía.

El ser mediavampira la tenía en el limbo. Miró el gesto del vampiro. Le recordó a un macho alfa recordándole al nuevo miembro quien mandaba. Le dio gracia. El contacto contra su piel confirmó más su paresido con los humanos.

Se sonrojó y apartó la mirada un segundo. Podían decir lo que quisieran, pero en momentos como esos dejaba de ser una vampira. Lo sabía.

Negó intentando sonreír tranquila, calmada. Buscando quitar importancia al asunto- No lo se, tal vez hablaba en forma figurada -los humanos eran fascinantes. Tan curiosos y perspicaces.

Le sonrió con ternura. Su padre tenía razón, a veces veía a los humanos como si hicieran méritos para ella- No soy sociable y también soy nueva -le comunicó- Así que no creo poder ayudar tanto -admitió, mordiéndose el labio inferior.

Abrió los ojos ¿Yokan su novio? Las mejillas se le tiñeron de carmesí. Además de tener prometido desde que nació ¿Ya parecía que tenía novio? Sus labios se entreabrieron. Le tomó del brazo y negó con fuerza- No es mi novio. No tengo novio -aclaró al final y sonrió suavemente, deslizó su mano por el brazo de él para soltarle.

Apartó un mechón de cabello. El chico era muy amable y eso le gustó. Por otra parte, no parecía saber de su oficio como modelo.

Tal vez el constante mimo que le daba su padre le hacía así, susceptible a sonrojarse.

Ante la propuesta asintió un poco apenada. No estaba acostumbrada al contacto con el sexo masculino. Lo de Deacon, era más hostilidad que otra cosa. Meditó un poco ¿Un lugar?- El Cenador es un lugar inspirador o... poco frecuentado sería uno de los laboratorios -le ofreció- Te acompaño, no tengo nada que hacer