El ser humano era considerado perfecto, avanzaba, crecía y aprendía, vivía en comunidad y era social. Todo era paz y armonía, hasta que un día un hombre sintió la furia nativa, la venganza y su conciencia se nublo, este hombre se abalanzó contra otro y lo mato.
Era la primera vez que un ser humano mataba a otro de su especie....
Y la sangre corrió....
Y la muerte llegó...
De este acto, se dice, nació el primer vampiro y el primer fantasma. El alma se separó del cuerpo y vagó por el mundo. El cuerpo, sin alma, se levantó y nunca más envejeció.
Por eso se dice, que cada vez que un vampiro nace, también lo hace un fantasma. Ellos forman el equilibrio de lo sobrenatural.
Un alma que es asesinada, desprendida de su cuerpo a la fuerza, se llena de dolor y rencor, pesa tanto que no podrá nunca desaparecer. Y su peso puede ser mayor, se puede ir corrompiendo en su eternidad, disfrutando el dolor que puede hacer en otros humanos, corrompiendo sus almas, volviéndolos locos, violando sus cuerpos. Pero también pueden ser guardianes y amigos, eternos confidentes de humanos afortunados. Pero su presencia es fría, el aire se va congelando, su apariencia transparente parece el reflejo en el hielo, congelando un suspiro de quien los encuentra. Un fantasma de experiencia puede poseer a un humano, pero nunca podrán acercarse a un lugar con cantidades grandes de metales. Y solo el hierro puede matarlos
Convertir a un humano en vampiro no es fácil, su deliciosa sangre hace que el vampiro no solo beba una vez de este, sino varias veces, tantas que poco a poco lo va convirtiendo en parte de su especie, sus mordidas cortan el hilo entre el cuerpo y el alma. El humano se hace adicto también a que beban de sí, ya que al inicio es doloroso, luego se anestesia y disfruta, el placer corre por sus venas y se entrega, delira y se puede desmayar. Que deliciosa es la sangre de una víctima que disfruta. Pero hay límites, temer al agua en movimiento, sentir la muerte en vida estando cerca de lugares religiosos u objetos pertenecientes. Y el sol... que pese a no ser un peligro, si no se bebe la suficiente sangre, puede quemar el cuerpo y matar al vampiro. Pero también están las estacas, que paralizan el cuerpo aunque no lo matan y si nadie retira la estaca del pecho, la falta de sangre, puede matarlo.
Pero los espectros no pueden tener hijos...
Pero los vampiros no pueden tener hijos...
Porque pueden los primeros crear el alma, pero nunca el cuerpo....
Porque pueden los segundos crear el cuerpo, pero nunca el alma...
Porque no pueden crear lo que no tienen.
Entonces llega el momento, dos especies diferentes por naturaleza, se unen. Una pareja de fantasmas y una pareja de vampiros, en el deseo desesperado de tener una progenie. Y los vampiros, en esta unión solamente, con la ayuda de los espectros pueden tener un hijo, nace un vampiro diferente, casi humano, con alma, que bebe sangre, que puede comer como los humanos, que no tiene los poderes de un vampiro, su fuerza, su agilidad, sus sentidos agudos, pero tampoco esta limitado como los humanos, esta en el limbo por su alma y su cuerpo.
Y llega una edad en donde nace el conflicto.
Porque si no se convierte en vampiro por completo, es un peligro, necesita matar a un humano bebiendo su sangre para llegar a ser un vampiro real. Pero los espíritus llegan a reclamar el alma de ese ser, porque esa alma es su creación y la desean de vuelta, buscan asesinar al cuerpo para recuperar el alma. Y es una carrera en contra del reloj.